Los birmanos se informan a través de una radio Noruega


(PD/Agencias).- Desde Oslo, a varios miles de kilómetros de distancia, emite su señal la radio ‘Voz Democrática de Birmania’, probablemente la más importante fuente de información para la población de Myanmar.

De hecho, muchas de las imágenes de las manifestaciones en Myanmar emitidas en medios internacionales han sido grabadas por reporteros de esta radio.

Está estación de radio y televisión pirata, con sede en Noruega, es el mejor ejemplo de cómo los nuevos medios de comunicación pueden servir como instrumento para impulsar la democracia en países dónde la opacidad informativa es total.

La emisora fue creada con fondos noruegos en 1991, poco después de que se le otorgara el Premio Nobel de la Paz a la dirigente opositora birmana Aung San Suu Kyu. Hasta ahora transmitía dos horas por día por onda corta y desde hace poco tiempo también por satélite.

La generalización de la ola de protestas contra el régimen militar en Rangún ha llevado en estos días a ampliar las emisiones a siete horas diarias.

Los 15 colaboradores de la radio en Escandinavia se nutren como fuente de contactos secretos con informantes en Myanmar, entre los que se cuentan también los monjes budistas que encabezan las manifestaciones. Además, tiene a varios infiltrados entre los manifestantes. Sus presentadores están en Oslo, y las entrevistas en directo se emiten en Myanmar por satélite.

Para el director de ‘DVB’ (siglas con las que se conoce a la radio), según recoge la web EuroNews, la existencia de la emisora también es crucial dentro de las fronteras birmanas. «Normalmente, la gente no tiene una información objetiva de lo que está pasando; ni en la televisión estatal, ni en la radio ni en los periódicos… los medios cuentan más bien la versión opuesta de la historia.»

El gobierno militar birmano no sólo mantiene un férreo control de los medios de comunicación tradicionales, sino que bloquea también la difusión de información a través de Internet.

Por esa razón, en uno de los estados mas cerrados del mundo (la única fuente de información dentro de Myanmar es la prensa estatal, rígidamente controlada por la Junta Militar), que censura a los periodistas extranjeros, gran parte de la cobertura mundial de los medios proviene de reporteros exiliados en países como Tailandia e India y de sus contactos clandestinos en el interior.

El empleo de las nuevas tecnologías, que va desde los últimos dispositivos de Internet hasta la comunicación vía satélite o los teléfonos con cámara, está logrando que las imágenes de las marchas de monjes y civiles, así como la respuesta de las fuerzas de seguridad, aparezcan en las televisiones de todo el mundo en horas.

La parte más peligrosa del trabajo corre a cargo de los reporteros que graban con cámaras diminutas la evolución de la revuelta callejera, como explica el segundo de abordo de la radio. «Todos nuestros periodistas trabajan de forma clandestina, nunca dicen que son de la ‘DVB’. Si lo hicieran, serían detenidos de inmediato».

El contraste con el último gran levantamiento en Myanmar, en 1988, no podría ser mas rotundo. En ese incidente fueron asesinadas 3.000 personas a manos de soldados que dispararon contra multitudes de personas, pero pasaron días hasta que las noticias, y qué decir de las imágenes, vieron la luz.

«La diferencia es como el día y la noche», asegura Dominic Faulder, un periodista británico presente en Bangkok durante el levantamiento de 1988. «Ahora, todos los habitantes son periodistas equipados con todo tipo de dispositivos para capturar información, desde teléfonos hasta cámaras de video que no se usaban en 1988», agregó.

Ahora, 19 años después, mientras las tropas efectuaban disparos de advertencia a las multitudes en Rangún, «periodistas ciudadanos» furiosos, mezclados en las masas, enviaban sus pensamientos, imágenes y vídeos a cadenas como la CNN y la BBC.

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