Y ahora más Gran Hermano y encima infantil

Y ahora más Gran Hermano y encima infantil


(PD/Agencias).- A pesar de las acusaciones de explotación infantil, Kid Nation, reality en el que 40 niños de 8 a 15 años trabajan sin descanso 40 días en un pueblo abandonado de Nuevo México, se estrenó el miércoles en EEUU, en la franja de máxima audiencia, y logró nueve millones de espectadores.

Explica Noelia Sastre en El Periódico que el pueblo se llama Bonanza City, un antiguo poblado minero donde los menores deben sobrevivir y organizar una sociedad al margen de los mayores.

Lo hacen como adultos, porque no falta ni un ingrediente para ganar adeptos: peleas, gritos, lloros y competición, mucha competición. Da miedo ver cómo la competitividad y sangre fría forman parte de las estrategias de los pequeños concursantes.

Impacta oír a una niña de 12 años decir con aplomo que otra compañera, de 10 años, «no va a aguantar la presión porque es demasiado joven». Y es que, más allá de ponerlos a prueba físicamente, este Gran hermano infantil entra en el terreno emocional.

Tras 24 horas en el poblado, solo Jimmy, de 8 años, abandonó y volvió con sus padres. «Los echo mucho de menos. Soy muy pequeño para esto», dijo en su adiós.

Sophia, de 14 años, fue elegida por el consejo municipal ganadora de la Estrella de Oro por su duro trabajo. «Quiero agradecer al consejo que reconozca que lo he intentado con todas mis fuerzas», dijo, como si estuviera en la gala de los Oscar.

Como ocurrirá cada semana, este reconocimiento incluye un premio de 20.000 dólares (además de los 5.000 pagados a cada concursante) y la posibilidad de telefonear a sus padres.

«La televisión ha explotado a los niños desde sus comienzos. El último capítulo en esta saga es esa monstruosidad llamada Kid Nation», escribe Tom Shales en el Washington Post.

«A la CBS no le importan las críticas. De hecho, ya está pidiendo voluntarios para la segunda parte. ¿No sería fantástico que no se presentara nadie?», concluye. Los Angeles Times titula: «Artificial, pero adorable».

«Lo que sí resulta extraño, ni siquiera alarmante, es lo que la gente está dispuesta a firmar en nombre de sus hijos, solo por estar en la televisión». El atractivo del «experimento», dice el diario, es que el adulto subestima la sofisticación del niño.

«Kid Nation no es sobre los pequeños construyendo una nueva sociedad en una ciudad fantasma. Conlleva una fantasía adulta más profunda y oscura: el placer de ver a menores actuar sin ellos», apunta The New York Times.
«El misterio reside en si pueden ser considerados niños. En realidad son actores, pero, ¿es mucho peor hacer tortitas que posar durante horas en un espot?».

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