(PD/Agencias).- Tras el secuestro de dos publicaciones marroquíes por criticar a Mohamed VI, varias organizaciones se han movilizado en defensa de los semanarios Nichane y Tel Quel. El Sindicato Nacional de Prensa Marroquí y la ONG Reporteros sin Fronteras enarbolan el derecho a la libertad de expresión y exigen su vuelta a los quioscos.
Tan sólo a un mes de las elecciones legislativas, la tensa relación entre las autoridades marroquíes y la prensa del país se ha acentuado con el secuestro de los semanarios ‘Tel Quel’ y ‘Nichane’ debido a que en ambos se podía leer «un editorial y una serie de artículos que ofenden la moral pública, los sentimientos de los musulmanes y faltan el respeto al rey», según señaló el primer ministro mediante un comunicado.
El código de prensa vigente en Marruecos permite que las autoridades puedan destruir publicaciones por considerar que tienen contenido pornográfico o que pueden atentar contra la moral de los menores.
Sin embargo, el Sindicato Nacional de la Prensa Marroquí puntualiza, a través de un comunicado, que la retirada de los quioscos de los últimos números de los dos semanarios por parte de las autoridades, «no tiene ningún fundamento legal».
El sindicato añade que en sus editoriales los dos semanarios realizan una «práctica que forma parte de la libertad de expresión», al presentar un análisis crítico del discurso pronunciado por el rey Mohamed VI. Así como el dossier publicado por ‘Nichane’, sobre la sexualidad en el Islam, tampoco comporta ningún atentado contra esa religión.
Reporteros sin Fronteras también defiende, por su parte, la publicación de los dos semanarios, pidiendo a las autoridades marroquíes que permitan el regreso a los quioscos de ambos, además de solicitar a las autoridades de Rabat que no persigan a los responsables de sendas publicaciones.
La ONG asegura, en una nota de prensa, que «las violaciones de la libertad de expresión se acumulan peligrosamente en Marruecos. Es preciso que las autoridades políticas y judiciales renuncien al arcaísmo de retirar las publicaciones que critican al rey o tratan temas sensibles», ya que la sociedad marroquí ha evolucionado y «es hora» de que los políticos lo hagan también.
