Laura Blesa y David Novo (Periodista Digital).- Un fiscal llamado Miguel Angel Carballo se desayunó hace ocho días con la revista satírica ‘El Jueves’ y se sintió tan ofendido por la caricatura de la portada que decidió mandar a la cárcel al dibujante. No sin que antes sus superiores ordenaran a la Policía secuestrar de los quioscos todos los ejemplares y cerrar la web. «Han injuriado a la Corona de España», bramó. Hoy la Fiscalía ha rebajado la acusación. Ya no pide cárcel, sino una multa económica. ¿La conclusión del fiscal general del Estado, Cándido Conde, quien respaldó a Carballo y ordenó el secuestro? «Hay que modernizar las medidas cautelares que se aplican a los medios de comunicación». De vergüenza ajena.
Ayer miércoles, en la céntrica calle Génova, algunos de los viandantes que pasaban por delante de las puertas de la Audiencia Nacional paraban momentáneamente para preguntar a los policías de la puerta a qué se debía es espectáculo que se desplegaba antes sus ojos.
Decenas de periodistas, cámaras de televisión y emisoras de radio esperaban ansiosos. «¿Está la Pantoja detenida?», preguntó una señora que parecía recién salida de la peluquería. «No, señora», sonrió el agente; «Están esperando a un humorista».
La comparecencia de Guillermo y Manel Fontdevila de ‘El Jueves’ despertó una expectación inusitada en los alrededores de la Audiencia, superior incluso a las frecuentes ‘visitas’ de Otegui. «Esto es peor que el juez», exclamaron al ver a sus compañeros de profesión.
Y no era para menos. El secuestro de un medio de comunicación es una medida extrema, excepcional en un Estado de Derecho. Lo que es habitual en regímenes autoritarios como Marruecos donde caricaturizar al Rey le ha costado años de cárcel a más de uno, o países stalinistas como Corea del Norte donde directamente ‘desaparece’ el osado que haya frentado a Kim Il-Sun, en España parecía impensable hasta hace ocho días.
Durante ocho días España ha gozado del privilegio de vivir en primera persona cómo se comporta el Ministerio Fiscal de las repúblicas bananeras.
El equipo de ‘El Jueves’ ni se arrepiente del dibujo, ni rectifican; pero sí han puesto humor al asunto sacando en el último ejemplar la misma caricatura modificando la apariencia de los afectados por la abeja maya.
«La gente es idiota», carcajeó el guionista Manuel Fontdevilla a las decenas de periodistas que estábamos congregados este miércoles frente a las puertas de la Audiencia Nacional.
Minutos antes le había dicho al juez Del Olmo que «yo no defiendo la libertad de expresión, yo la utilizo». En su edición de esta semana, ‘El Jueves’ vuelve a ironizar sobre los Príncipes de Asturias. El titular del Juzgado Central número 6 ha dado por concluída la investigación. Ahora toca ver si la Fiscalía sigue empecinada en defender el honor de la Corona.
Según fuentes de la Audiencia Nacional consultadas por PERIODISTA DIGITAL, así transcurrió la toma de declaración como imputados por un delito de injurias a la Corona del dibujante y guionista de ‘El Jueves’.
El fiscal de la Audiencia Nacional Enrique Molina empleó menos de 20 minutos en aclarar todas sus dudas sobre lo ocurrido.
El dibujante Guillermo Torres y el guionista Manel Fontdevila calificaron las preguntas como «protocolarias, las que esperaban». Aquí algunas de esas preguntas del fiscal:
¿Quién hizo el dibujo?
¿Por qué los Príncipes de Asturias?
¿Valoraron otros personajes alternativos?
Algunas de las respuestas, según explicaron los propios imputados:
«En ningín caso tuvimos intención de injuriar»
«El objetivo era criticar que la medida de los 2.500 euros anunciada por Zapatero «alcanza por igual a quien los necesita y a quien no»»
«Ninguna pareja de las que no lo necesitan hay más representativa para la sociedad española que los Príncipes»
¿Qué les llamó la atención del espacioso y luminoso despacho del juez Del Olmo?
«Tres o cuatro cajas solitarias, cada una con unos 25 ejemplares secuestrados, en una esquina»
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, se encontraba en ese momento en El Escorial. Pumpido fue quien tomó la decisión de secuestrar ‘El Jueves’. A preguntas de los periodistas y sin que le temblara ni un músculo de la cara, afirmó como conclusión a la vorágine de los últimos días con perlas como:
«Esto nos debe servir para que se actualicen, se mejoren y se modernicen las medidas cautelares que se aplican a los medios de comunicación.»
«Coincido con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega sobre la falta de vigencia de la figura del secuestro»
«La revisión de las medidas cautelares ayudaría a que los ciudadanos se sintieran más protegidos en casos de ‘supuestos abusos’ que rebasen los límites de la libertad de expresión»
La repercusión internacional fue acorde a la importancia de la noticia. Desde la CNN, hasta la BBC, pasando por Al Jazeeraa, la Fox, Sky News y hasta la televisión japonesa se hicieron eco al inicio de sus informativos de televisión.
En prensa escrita, lo mismo.
¿Qué hacía Pumpido mientras la prensa mundial informaba a su audiencia del ataque a la liberta de expresión en España? Ordenar la retirada de los quioscos de ‘El Jueves’. Las Fuerzas de Seguridad españolas recorrieron los quioscos de toda España para requisar los escasos ejemplares del semanario que no se hubiesen vendido. Apenas encontraron ninguno. Afirman las malas lenguas de la Audiencia Nacional con sentido del humor que el fiscal Miguel Ángel Carballo, quien inició todo, quería que se secuestraran todas las pantallas de ordenador del planeta porque la viñeta se había multiplicado por la Red y ahora en lugar de que un par de miles de lectores de ‘El Jueves’hubieran disfrutado del dibujo, decenas de millones de internautas se habían recreado con la caricatura.
El juez Del Olmo, al terminar la declaración, dictó una providencia al secretario judicial:
«Apreciando que no existen otras diligencias que practicar, se dan por concluidas las investigaciones y da traslado al Ministerio Fiscal para que informe sobre si procede modificar de diligencias previas a procedimiento abreviado»
Se trata de un guiño a la Fiscalía para que se lo piense y retire los cargos. Aunque según afirman varias fuentes a PERIODISTA DIGITAL, el Ministerio Público estudia pedir una multa «para no quedarse con el culo al aire y tratar de frenar las críticas».
DE LA VIÑETA ‘INJURIOSA’ A LA CACHONDA ‘RECTIFICACIÓN’ DEL SIGUIENTE NÚMERO
‘El Jueves’ publicó anoche martes en su página web, que vuelve a ser accesible para el público, una nueva portada bajo el titular «¡Rectificamos«.
La revista satírica se vio obligada a cerrar su sitio en Internet por la publicación en portada de una grosera caricatura de los Príncipes de Asturias manteniendo relaciones sexuales. Con anterioridad, e impulsado por el Fiscal General y con apoyo del Gobierno ZP, se había ordenado el secuestro de la edición de papel.
En la nueva portada, correspondiente al número 1574, y bajo el subtítulo ¡Esta es la portada que queríamos publicar!’, aparece un dibujo en el que el Príncipe de Asturias disfrazado de abeja sobrevuela sobre una flor de la que sale la cara de Letizia.
Durante la tarde del lunes, en la página web aparecía la comunicación oficial ordenando el cierre de la misma y un comunicado de la revista fechado el pasado día 20, cuando el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó el secuestro de la revista.
CUANDO LOS DE EL JUEVES «SE CAGAN»
En febrero de 2006, en plena vorágine por las caricaturas de Mahoma publicadas en Dinamarca y después en Francia, desde Periodista Digital nos dirigimos a numerosos medios y a varios viñetistas de relumbrón, inquiriendo si se atreverían a publicar chistes irónicos sobre el Islam o los mahomatanos, de la misma forma que lo hacen regularmente con la Iglesia Católica o la Familia Real.
La respuesta, unánime aunque con diferentes versiones, fue: ¡NO!.
El Jueves, que tanto pecho saca ahora, no fue una excepción. Y prueba de ello fueron sus sucesivas portadas en aquellos días.
Lo irreverente de verdad hubiera sido llenar la portada con dibujos de Mahoma, pero, con la que estaba cayendo, los caricaturistas de la revista satírica -qué ridiculizan a los obispos, a la iglesia o a Jesucristo- optaron por una ilustración tan mordaz como políticamente correcta, pero sin atreverse a tocar a Mahoma.
A todo lo que llegaron fue a meter referencias a esos «fachas con turbante»:
«Directamente venidos del siglo VII. Fachas con turbante»
Y a dibujar a un integrista musulmán anónimo, que dice:
«Al que diga que el Islam es intolerante, lo mato»
Fue más que evidente que en la revista que edita el humorista y dibujante, José Luis Martín, estaban «cagaos» -como todos los caricaturistas españoles- a la vista de lo que montaban los islamistas en Paquistán y Cisjordania o por temor a lo que hacen algunos fanáticos en la misma Europa.
En respuesta a las preguntas de Juan Cruz, de El País, Martín llegó a reconocer que Mahoma, «desafortunadamente, tiene un montón de seguidores que creen que, para vivir sus preceptos, lo ideal es retroceder al siglo VII» y destacó que, mientras que aquí la libertad de expresión está limitada por el Derecho, quieren que también «estemos limitados por las leyes religiosas».
Forges, que tampoco se ha atrevido nunca con los islámicos, tiró balones fuera y comentó, irónicamente, que al único que no se puede mentar en este país es a El Corte Inglés ya que «te quitan la publicidad» y eso «sí que es peligroso».
