El País acusa a Pedrojota de manipular a los terroristas islámicos del 11-M

(PD).- El ataque es feroz. En primera página y sin tapujos, El País titula «El periodista quería sonsacarme, todo era mentira». Se refiere el diario de Polanco a los reporteros de El Mundo y añade a continuación que las conversaciones de criminales del 11-M en la cárcel «destapan los manejos» del diario de Pedrojota «para engordar el bulo de la conspiración».

Firman al alimón el reportaje José Manuel Romero y Ernesto Ekaizer, cuya animaderversión hacia Pedrojota es notable y conocida, que han tenido acceso privilegiado a las entrañas del sumario y no se cortan un pelo.

Usando como soporte las conversaciones que los criminales del 11-M mantienen con sus parientes o dentro de la misma cárcel, acusan a Pedrojota y a algunos reporteros de El Mundo de «coacciones», «manipulación», «buscar su propio interes», «carta inventada» y de lindezas como facilitar pagos a abogados de terroristas:

El sirio Basel Ghalyoun es uno de los 29 acusados en el juicio oral por los atentados del 11-M. La abogada Isabel Herrero Sanz, letrada de oficio, llevó su caso hasta mediados de 2005. En esas fechas, otro abogado entró en escena y ocupó su lugar. Se llama José Luis Abascal. Algunos meses después, el 9 de febrero de 2006, Ghalyoun mantuvo una conversación con su madre en la cárcel de Texeiro (A Coruña), donde estaba encerrado.

Algo había sucedido que le tenía descontento. El interno expresó su desdén respecto a su letrado, Abascal, con quien ya llevaba más de seis meses. No le gustaba su forma de actuar. En el diálogo con su madre, Ghalyoun apuntó:

-«Busca su propio interés. Es por su amigo, aquel periodista que quería sonsacarme información. Me escribió una carta, pero no le contesté. El abogado se inventó una carta en mi nombre y se la mandó… Era todo mentira y se veía».

– Carta inventada. ¿A qué se refería Ghalyoun? La carta inventada fue presentada como una entrevista por el diario El Mundo el jueves 13 de octubre de 2005.

La «mentira», según el calificativo empleado por Ghalyoun, tenía por objeto salpicar a la policía, insinuando que los agentes tenían bajo control las actividades de El Tunecino. Por lo tanto, si éste participó en la masacre, la Policía lo consintió. Y si no participó, el objetivo es el mismo: desacreditar la instrucción judicial.

La apócrifa entrevista -según El Pais- es una prueba más de cómo se ha ido engordando durante tres años el bulo de» la conspiración sobre el 11-M».

MARCAS

TODAS LAS OFERTAS DE TU MARCA FAVORITA

Encuentra las mejores ofertas online de tu marca favorita

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído